Devoción-aridez
La
verdadera devoción consiste en una pronta voluntad por las cosas de Dios
(3.12.40)
Naturalmente,
al hombre le resulta difícil recogerse y más recogerse con Dios, por ser el hombre
naturalmente vagabundo con el intelecto y no estar naturalmente firme en cosa
alguna (1.03.08)
Tu
mente es como un molino en el agua, trabajando siempre. Si pones trigo, muele
trigo; si pones habas y algarrobas, muele habas y algarrobas. (2.02.18)
¿Queréis
compunción? No sigáis la distracción (3.10.10)
El
demonio acostumbra a vencer a los distraídos (3.07.02)
¿Queréis
aprender a rezar? Frenad vuestra lengua de lo superfluo y también del hablar
necesario; así comenzaréis a ser capaces de hablar con vuestro Dios
[diciéndole] lo que diríais a un amigo vuestro. Frenad igualmente el vagar
mental y toda curiosidad y toda distracción de los sentidos (3.10.08)
Si
queréis ir con facilidad a la oración mental, deleitad siempre vuestra mente “rumiando” algo bueno
(3.10.11)
No
dejéis la oración, aunque no sintáis compunción; es más, si viniese,
rechazadla, considerándoos indignos (3.12.13)
Cada
cual, en casa o fuera, trate de habitar
consigo en la celda del corazón y de no salir de allí (3.07.04)
Dios escucha la oración
Dios
acostumbra a consentir (3.18.23)
Sé
constante y no te vayas de la oración
ni siquiera con el ánimo, porque, aunque tarde, recibirás lo que deseas
(3.10.09)
¿Queréis
ser atendidos en vuestras oraciones? Adaptaos a vuestras peticiones (3.10.10)
Dios
cumplirá perfectamente en vosotros vuestras peticiones con tal de que os
adaptéis a ellas (3.12.09)
Mostrad
y pedid a Dios aquello de lo que tenéis necesidad o aquello en lo querríais ser
más abundantes (3.10.04)
Debéis
reconocer que sois atendidos antes de poneros a orar; de haber recibido más de
vuestras peticiones y que vuestras oraciones son siempre atendidas (3.10.07)
Para
que en vuestras oraciones seáis más fácilmente escuchados por Dios, presentadle
la sangre de Cristo y de todos los santos, presentadle el amor que él
lleva al género humano (3.10.05)
Lo
mismo que los perseverantes y los inoportunos obtienen, así también los tibios
y los fríos en la oración están seguros de no ser escuchados (3.12.17)
En
vuestras oraciones pedid a Dios aquello que él juzga más conveniente para la
Iglesia universal. (3.10.04)
Orad
por los difuntos y por todo el que tenga necesidad espiritual y temporal
(3.01.05)
Oración litúrgica
Todos
los oficios divinos se dirán despacio y diligentemente, con toda (siempre que
sea posible) total devoción de mente (3. 01.01)
Aplicad
la mente más al sentido del salmo, que a las palabras (3.12.14)
Meditación y oración
La
oración vocal se ha recuperado para esto: con el fin de que, estimulados por su
gusto y su sentido, al menos al final comencemos a aprender la oración interior
(3.10.03)
La
sola oración vocal (especialmente si no nos induce a la oración mental, o si no
participa de ella) es sólo satisfacción exterior e hipocresía de la verdadera
oración y del verdadero alimento espiritual (3.10.02)
Sabed
que la oración mental es el alimento y nutrición de los que progresan en el
camino de Dios; por eso si no os alimentáis de ella, necesariamente sentiréis
que os faltan las fuerzas (3.10.01)
La
oración y la meditación traen la luz (3.18.15)
Estad
seguros de que no sacaréis provecho, si no os deleitáis en la oración (3.12.12)
Deleitaos
en la oración y en la meditación, pues, ¿cómo podrá alguien extirpar y erradicar
todos los demás deleites, si la afectuosa oración no lo llena de nuevo deleite?
(3.12.12)
En
la oración y meditación esforzaos por conocer vuestros principales defectos y
sobre todo el defecto y el vicio capital en vosotros (1.03.13)
La
meditación y la oración tienen al hombre fuerte ante el trono de Dios (3.18.15)
La
meditación y la oración frecuentes, después de algún espacio de tiempo, enseñan
además a pasar a la acción. (3.18.14)
Mirad
cómo faltan y se llenan de defectos aquellos que son negligentes en la oración
mental (3.10.12)
Quizá
alguien diga: “No siento ningún deleite en el inicio de mi oración mental”.
Respondo: Tratad de poner en la mente pensamientos que susciten aflicción, como
la pasión de Cristo o los dolores de la Virgen (3.10.09)
Son
infinitas las cosas que hay en la mente de aquellos que quieren ejercitarse en
la oración (3.10.11)
El
demonio suele ensuciar las oraciones soñolientas, como las moscas los alimentos
fríos; por eso tales oraciones apestan ante Dios (3.12.15)
No
basta la meditación; es necesario unirse a Dios, elevar la mente, hacer oración
y además contemplar. Pero si no haces esto, no me extraña que todavía no
entiendas qué es la oración y menos qué quiere decir la contemplación (2.
03.24)
Confabulatio spiritualis
Que
el maestro enseñe a los novicios con quien deben conversar y confabular
interiormente (3.12. 34)
Trate
cada uno -aunque sea con la boca cerrada- de rezar a Dios y exponerle
interiormente sus conceptos, de la misma manera que se suele hacer con un amigo
(3.10.03)
Razonad
y confabulad familiarmente de vuestras cosas con el Crucifijo y dejaos
aconsejar por él (1.03.06)
Las dudas y dificultades, y sobre todo las
arduas incertidumbres, razonadlas con Cristo, proponiéndole los argumentos por
todos los lados y diciéndole la resolución que os decidáis a tomar, o bien
buscar su propio parecer, que de seguro no os lo negará (1.03.03)
Oración continua
Es
necesaria la elevación frecuente de la mente (1.03.07)
La
frecuente elevación de la mente obtiene ante Dios mayor amplitud de gracia
(1.03.07)
Por
mucho o por breve tiempo, elevemos la mente con frecuencia a Dios, como haría
uno con su amigo (1.03.09)
Elevad
a menudo la mente a Dios, esto será de gran utilidad y no producirá ningún
detrimento (1.03.10)
Si
el trabajo se prolongase, interrumpidlo por un breve espacio, lo que se tarda
en decir un Avemaría (1.03.10)
Tened
siempre la mente elevada a Dios, haciendo algo bueno interiormente (3.03.10)
En
todo lo que hagáis, tened siempre a Dios presente (3.12.16)
Elevando
la mente a Dios a menudo podréis llegar a tal perpetuidad en la oración que,
aunque estéis bebiendo, comiendo, escribiendo etc. haréis oración y la acción
exterior no impedirá la elevación y la acción interior, ni ésta la otra
(1.03.11)
El
estado de oración consiste en la acción de gracias, es decir, en dar gracias a
Dios siempre (3.10.06)
La
oración no permite equivocarse a quien quiere caminar y conduce con prosperidad
a quien quiere progresar (3.18.14)
Podéis
comprender que vuestra oración es sólo apariencia de la verdadera oración
si, cuando dejáis de orar, sois los
mismos de antes: frívolos en el conversar, negligentes en el obrar e imperfectos
en todas las cosas (3.10.02)
No presumas de tus oraciones ni de tus ayunos, ni de
tus confesiones y comuniones de la santísima eucaristía, mas anda bajo, como
pecador y canalla (2.01.25)