La
virtud exige la voluntad del hombre, en cambio la virtud aparente hace al
hombre hipócrita: esto lo aborrecemos (3.13.03)
Osaré
decir que la virtud sin contrariedad no tiene ningún valor; pero cuanto mayores
son las contrariedades, más valiosa se
hace la virtud (3.18.07)
Quisiera
que tuvieses la mirada puesta cada día en hacer algo más y en disminuir la
sensualidad aunque te sea permitida; y
esto por amor de querer crecer en la virtud y disminuir las imperfecciones para
huir del peligro de caer en la tibieza (1.11.05)
¿De
qué sirve tener muchas virtudes si falta
una? ¿De qué sirve tenerlas todas y no preocuparse de su plenitud? Quien sea
así, reconozca que no quiere honrar a Dios todo lo que puede (3.12.44)
No
penséis en introducir en los demás las virtudes si vosotros no las poseéis:
¿cómo queréis que uno pueda obrar más allá de sus fuerzas? (3.12.06)
No
penséis introducir (en el ánimo de los demás) la paciencia si vosotros estáis
sacudidos por la ira; ni la humildad, si vosotros de alguna manera os vanagloriáis;
ni la sobriedad o taciturnidad u otras virtudes de las que estáis privados
(3.12.06)
¿Queréis
paciencia? Desead tribulación y penas, pues no se da paciencia sin penas ni
tribulaciones (3.10.10)
¿Queréis
huir de la vergüenza? Buscadla (3.12.18)
Dios
ha hecho al hombre en cuanto al ánimo, voluble y cambiante con el fin de que,
pasando de una virtud a otra, llegue al sumo culmen de virtudes (1.02.02)
Humildad
En
la fortaleza de toda perfección es necesario siempre incluir el aniquilamiento
de la humildad (3.12.46)
Nunca
se instalará en vuestros corazones la humildad, madre y custodia de todas las
virtudes, hasta que por largo tiempo y con gran afecto y agudo deseo, no hayáis
gustado todas las persecuciones, irrisiones y humillaciones (3.12.18)
No
hay humildad sin desprecios largamente
deseados (3.18.13)
Recordaos
de que no hay humildad sin muchos oprobios e irrisiones (3.12.18)
El
humilde está acompañado por la compasión y tolerancia de los defectos de los
demás (3.18.13)
De
los pecados ya cometidos o de los bienes omitidos, el hombre logra un profundo
conocimiento de su miseria y no se considera digno de vivir y mucho menos de
hacer cosa grata a Dios; de esto nace una profundísima humildad y su mayor utilidad
la conocen aquellos que poseen esta virtud (2.05.18)
Humillaos ante todos y no dejéis de sacar provecho en
las relaciones con los demás (1.10.13)