"BARNABITAS ESPAÑA"


EL REFORMADOR DE LA VIDA RELIGIOSA


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Las cosas divinas no sean tratadas sino por los divinos; por eso el reformador debe ser divino y santo (3.18.22)

 

Con audacia exalta la cruz todo cuanto puedas sobre la tibieza, en favor de las buenas costumbres (3.18.25)

 

Habrá contraste con la gente tibia con la que vives: esto será para ti la batalla más difícil de todas (3.18.25)

 

Es necesario que el reformador de las buenas costumbres sea tan prudente, que tenga ojos delante y detrás (3.18.05)

 

Con la virtud de la discreción, no te precipitarás ni te retrasarás (3.18.06)

 

Es necesario que tengas ánimo y corazón grandes (3.18.06)

 

El verdadero humilde es afable, es grato a todos y, por ello, es totalmente apto para la obra de reformador (3.18.12)

 

Se deben introducir más bien  las razones de implantar las buenas costumbres y no decir solamente: “Tenéis tales virtudes” (3.19.05)

 

Te ocurrirán muchas contrariedades; pero cuanto más vigorosas las veas, más fuertemente debes confiar (3.18.25)

 

 Hoy ves que todo prospera: no te alegres; mañana verás que todo se vuelve en contra: no te entristezcas, pero, sin pararte, continua tu viaje, porque llegarás a la meta (3.18.10)








                   
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