Dice
La Escritura:“Vosotros sois dioses”. El hombre es dios cuando intenta
parecerse, por similitud e imitación de obras, a Dios, en el modo que le es
posible (2-01.31)
Tu
puedes, sin mentir, llamarte un dios en la tierra (2.02.08)
Es
tanta la excelencia del libre arbitrio, mediante la gracia de Dios, que el hombre
puede transformarse en dios o en demonio según le parezca (2.05-15)
En
tu poder está elegir el bien o el mal; más aún, está en tu poder hacer que el
mal te sea útil y de provecho (2.05.16)
¡Oh,
maravilla del fabuloso arte de las cosas hechas por Dios! El hombre es tal que
con la libertad de su ánimo puede hacer que el mal se transforme en bien. Y
quien quiera discurrir en qué modo el bien y el mal puedan favorecer a los
amigos de Dios, ni un día (aunque fuesen cientos de días) no bastaría para
hablar de ello (2.05.17; 2.05.19)
Vuestro
mayor enemigo está dentro de vosotros y sois vosotros mismos; por tanto, si
teméis otras cosas y no os teméis a vosotros mismos, no llegaréis a gran perfección
(3.12.29)
Tú
estás obligado a honrar a todo hombre, pues todo hombre, por su origen y
generación y por el hecho de ser de una misma especie, debe ser amado (2.04.34)
Esfuérzate
por ser lo que no eres (3.18.02)
Aquello
que por sí solo parece imposible, con la ayuda de Dios es facilísimo, si
nosotros aportamos nuestra colaboración (1.03.08)
Hay
del hombre ingenioso, si se apega a una cosa mala y la toma como buena; pocas
veces podrá alejarse de ella (2.02.02)
Dios
ha hecho al hombre a imagen y semejanza suya, vasija [destinatario] de su
gracia, receptáculo de su beatitud (2.01.05)
La
gracia divina está siempre tan dispuesta a ayudarnos, que quiere más bien
imputarnos y mostrarnos culpables por no haber querido atrevernos, por
infidelidad, a abrazar las cosas grandes y no poder nosotros culparla a ella de
que nos haya faltado (3.18.03)
Dios
acostumbra actuar en un hombre por medio de otro (2.04.23)
Queriendo
andar el hombre hacia Dios, fue y es necesario que tuviese como medio a otro hombre
(2.04.20)
Cuanto
más la muerte os espera y está a vuestro lado, tanto mas muchos de vosotros no
piensan que pronto, pronto tendrán la orden de partir y ¡sabe Dios cómo se
encontrarán! Y peor será para aquellos a los que se le ha concedido tiempo,
porque lo que se te ha concedido para misericordia y penitencia tú lo destinas
al pecado, provocando la ira y la venganza de Dios sobre ti (2.01.37)
Si
las cosas sensibles, hechas y dadas por Dios y ajenas a ti, te impidieran ir
hacia él, piensa qué harás tú mismo, pues, como dice Juan Crisóstomo, “nadie se
daña sino por sí mismo” (2.06.13)
Si
las cosas buenas y espirituales muchísimas veces te alejan de Dios, piensa qué
efecto harán los vicios y las malas costumbres que tienes (2.06.14)
Aparta de ti todo, para que así tengas a Dios que lo
es todo. Vete libremente a Dios y no te ates a cosa alguna (2.06.14)